viernes, 27 de septiembre de 2013

Ya tocaba. A principios de septiembre- 2013.

Ya tocaba sentir esa esencia hogareña, asomarme a mi ventana y ver la misma farola de siempre encendida.
Ya era hora de volver a saludar, como cada noche, a ese gato pardo, porque de noche todos los gatos son pardos, o eso dice la gente cuando pega.
Mis vecinas, mis casas encaladas, mis adornos mozárabes, y mis cosas en su sitio.
Ya echaba de menos las motos, esas tan ruidosas subiendo mi cuesta empedrada a unas horas tremendamente tempranas para despertarme. Esa forma diaria de desvelarme a saber de qué sueño.
Ya pedía mi cuerpo un potajito de madre, unas regañás para untar pringá y beber agua de mi Sierra.
Ya salían pocas veces de mi boca las eses finales de las palabras. Los recortes vocales y de luz habituales colmaban de nuevo mis días de granaina hasta las trancas.
Los quillos y los compaes en marabunta por mis calles comentando la poca buena política existente en mi pais, o fanfarrones de cochazos, motos y otros dotes para presumir. 
Las tías todas vestidas de fosforito, por la moda, para resaltar o qué se yo, sin tener que abrir la boca como ellos para presumir de sus ropas, solo saliendo '' al tranco la puerta'' y echándose mil fotos para que la gente en tuenti comente y digan lo modernas que son todas...
El Suizo sin moverse, al contrario que el Darro con su pasajería. La Alhambra imperiosa como es habitual desde... rondando el siglo VIII, etcétera...

Tenía ganas de volver ya, se nota y lo noto.

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