miércoles, 5 de marzo de 2014

Sentir nada y sentir nada.

Cuando la  ausencia del sonido, timbre, brisa,... nos engloba, nos envuelve de la misma manera, el entorno en el que nos encontremos.
Es por ello, que hay silencios que inundan pacíficamente, mientras otros de ellos afloran la búsqueda del respiro más urgente posible.
Incluso el color es un matiz tal, perceptible solo por el órgano vista, que hay ocasiones en las que es transmisor del ruido, música o el silencio.

El silencio también es frío, o calor, heladas o terrores calientes, un desierto o un lago sin horizonte frío, entre otros ejemplos, que no tienen por qué pertenecer a la naturaleza implícitamente. Una hoja en blanco, es silencio, o toda la oratoria posible.

Realmente no estoy llegando a ninguna conclusión en firme, son ideas encadenadas que trato de establecer en una sucesión lógica, sin embargo, no podría acercarme a este objetivo sin un ''sentido'' que se salen de 5 que se cuentan.
El pelómetro es ese ''sentido'' por el cual no se tiene por qué ver, por qué escuchar, palpar, para captar sus estímulos... sino que un silencio que no se ve, no se escucha, no se toca, no se huele ni se come, desata el cosquilleo en el antebrazo, incluso detrás del cuello que todos los conocemos.
El silencio desata en ocasiones el esplendor de dicho ''sexto sentido'' que no es el intuitivo cerebral, sino el intuitivo sensorial. Ese medidor de sensaciones puede marcar terror como máxima carga negativa, o pasión como máxima carga positiva.

Si no estoy hablando de nada, y todo el mundo comprende que ésta nada no es nada, sino algo, y que ese algo es transferible sensorialmente como gozo a veces, o como pesadilla... ¿Qué medio material podría determinarme que hay entes físicos que muestran fenómeno, para realmente verificar que esas vibraciones también son perceptibles sin el uso de los 5 sentidos de estímulos?

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